AMOR y ARTE
Artículos Breves
AMOR y ARTE
Mario H Romano, Doctor en Psicología
(“El
Arte de Amar” de Eric Fromm inspiró algunas de éstas reflexiones)
El artista siente una inquietud original que necesita
expresar. Su deseo motoriza el proceso. Elije el material que le parece
adecuado para crear su obra. Primer contacto tangible con el lienzo, lápiz,
pintura, yeso, madera, alambre, arcilla, piedra, sonido, escritura, etc Allí tendrá
“un diálogo”, un ida y vuelta con ese recurso. Familiarizarse con él,
amigarse. Es su aliado. De algún modo
como si fuere una prolongación de sí mismo aunque sabe que no lo es. Es el
medio por el cual puede expresarse. Establece un vínculo.
Amar genera un proceso similar y diferente. Al principio inspira
la forma, el contenido, el caudal de expectativas internas que modelan la
imagen previa. El deseo impulsa buscar un contacto presencial o virtual. A
diferencia del artista el modelo se presenta como “terminado” pero necesitamos
conocerlo. Y cuando exploramos descubrimos detalles que reflejan lo que buscamos.
Y también diferencias que no coinciden con las expectativas.
Se aprende amar (también odiar). Volvemos al punto
recurrente de nuestra infancia. No hay otra fuente originaria. Luego cada
persona traduce, digiere, elabora su propia versión.
Todos amamos
a alguien y/o “algo” que significa la fuente que nos inspira. Amar es desear el bien de lo amado. Y obrar
en consecuencia.
Materno, paterno, amoroso, fraterno, artístico, laboral, profesional,
religioso, un ideal, hobby, naturaleza, etc.
Una frase bíblica ilustra su sentido: “Allá donde
esté tu tesoro estará tu corazón”. Cada
persona se inclina al objeto de su deseo.
En el amor entre personas ¿todo es amor? Como en una obra
pictórica hay claros y
oscuros que se filtran con mayor o menor intensidad. Cada protagonista y cada
situación revelan matices diferentes.
A veces en las interacciones familiares, pareja, amistad se
confunde amor con inquietud exclusiva de satisfacer únicamente el propio deseo,
independiente del bienestar de la otra persona. Cuando él viajó al exterior por
razones laborales Josefina sintió desasosiego, intranquilidad, insomnio y no pudo disfrutar su tiempo libre.
Preocupada de sí misma le costó compartir el crecimiento profesional de
Mauricio. Premiaron a Sara en un concurso y
Martín no pudo disimular su molestar al sentir que calificaba “más que él”. Celos que desnuda la inseguridad de su propio
narcisismo.
Otras veces predomina la ocupación elegida. Jorge siempre limita tiempo y energías con
su hija y pareja actual en función de la profesión “que ama con pasión”. Desplaza vínculos íntimos en función excluyente
de su propio interés.
Melisa aun sabiendo que
no es su vocación influye en Bruno para que estudie la profesión del tío quien
le dejaría el laboratorio instalado. Desea la conveniencia de su hijo en una dirección diferente
a la que él vivencia.
Como en el arte hay diferentes calidades de amor. Si bien “el corazón tiene razones que la
razón no entiende”, no ama quien solo siente sino quien tiene “tela”. O sea, suficiente entrega y flexibilidad en
función del otro. Equilibrio abierto de no olvidarse también de sí mismo/a. El amor en sus ondulaciones apacigua, cura,
hace bien, ayuda a vivir, estimula
crecer. De lo contrario ¿qué es?
(Continuará).
Me encantó. Gracias Mario
ResponderBorrarMe encantó!!!!! Gracias Mario.
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