INFLAMACIONES II (Continuación)

INFLAMACIONES II (Continuación)

Mario H Romano, Doctor en Psicología

 

Primero desinflamar. Advertencia común y necesaria. Similar a bajar la fiebre. Luego  tratar, componer, rehabilitar. También ocurre con los procesos anímicos.

“Estoy molesto, tenso…en éstos momentos no puedo pensar!” dice Fabián  a  Dana  “…¿te das cuenta?…¿de qué sirve discutir?...por favor no confrontemos más!”

Ánimos alterados generan desbordes. Como río que sale de su cauce. Inunda. Se proliferan insultos movidos por la bronca emergente. Sin filtro se dicen palabras hirientes. Algunas confesiones en un alterado “sincericidio”. Su móvil prioriza una descarga más allá de hablar,  dialogar, aclarar, entender.

Si el modo expresivo está muy subido de tono contamina el contenido. El significado queda “chupado” por la carga emocional. “¿Entonces qué decidió?”….”no sé, estaba tan enojado…subía la voz… dijo un montón de cosas y en definitiva… ¡te juro, no sé qué quería!”

 “El cuerpo expresa lo que la mente calla”, traduce energías pulsionales que descargan  masivas en nuestro organismo. Diversas somatizaciones derivan de malestares internos no expresados ni digeridos por nuestra mente. Inflamaciones anímicas que superan la capacidad de respuestas que podemos generar. Se manifiestan en contracturas, insomnio, malestares digestivos, cefaleas, etc.

De acuerdo a su permanencia e intensidad vulneran nuestro sistema inmunológico. Persisten hasta no encontrar una solución adecuada a la causa que las provoca.

Sin embargo es difícil “operar” sin reducir el grado de hipersensibilidad, tensión, ansiedad que genera la angustia encapsulada. 

Elucubrar, suponer, rumiar, también inflama.Me apresuré a darle una respuesta. Estoy arrepentida. Me dí mucha manija. Estuve nerviosa. Sospechaba que él estaba mal…. Sin embargo no fue así. Está mejor que yo…”.

El primer antídoto es disminuir el ritmo vertiginoso. Desacelerar, bajar presión. Distender, aflojar. Des-contracturar. Indicación casi vulgar, pero imprescindible.

Segundo: ordenar nuestro mundo interno. Momento para pensar, razonar. Autoconectarnos. Oportunidad para una consulta profesional si se considera necesario.

¿Muchas vivencias no son exageradas por los contenidos imaginarios que las inflaman?

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