EL DESCUIDO de DESCUIDARNOS

EL DESCUIDO de DESCUIDARNOS

Mario H Romano, Doctor en Psicología

Generalidades que nos alcanzan a nivel personal. Y no son inocuas.

 

¿Por qué no prevenimos el desenlace de situaciones penosas predecibles? ¿Desconocíamos por ejemplo el efecto expansivo del virus al descuidar conductas que sabíamos riesgosas? Negligencia en el contacto físico con personas y elementos, exposición de orificios bucales y nasales, higiene preventiva, etc. Aglomeraciones, reuniones y fiestas clandestinas, tendencia a suprimir el uso de barbijos…

¿Por qué nos asombramos por sus consecuencias? ¿No las presumíamos?

Modalidad humana repetida en varios lugares del planeta. En territorio propio desnuda aún más el perfil del comportamiento sociocultural de las últimas décadas. Traduce el malestar en nuestra cultura.

¿No nos hemos adormecido…? Un sistema democrático se fortalece en el cumplimiento de su Constitución, igualdad ante la Ley, renovación dinámica de funcionarios, elecciones libres y administración transparente. El Estado y el sistema gremial acusan residuos tóxicos de un pasado autoritario. Un ejemplo es la permanencia “indefinida” de dirigentes posicionados en sus cargos. Se asumen como “castas” que se renuevan a sí mismas. “Descuido” cómplice de un sistema de poder que avala beneficios para pocos disfrazado de un discurso para muchos.  

Otro síntoma autocrático “viralizante” es encubrir y no asumir  los propios errores de gestión. Indigencia, pobreza, desnutrición, analfabetismo, delincuencia, injusticia, malversación de fondos públicos, etc se repiten y crecen hace años sin solución...

También somos reflejos personales del contexto donde vivimos.

Ante la incertidumbre generalizada el “sálvese quien pueda” agudizó el sentido social de supervivencia, y naturalizó el “dejar hacer” ante el desconcierto e impotencia. “El vivo vive del sonso…y el sonso de su trabajo… o de lo que puede” agregaría hoy el dicho popular.

“Cocodrilo que se descuida es cartera” refleja el costo que representa la negligencia que niega la falta. Así lo traduce el contagio viral.

“Postergué la consulta… me siento agotada… ahora tengo líneas de fiebre…”  Sin conciencia de límite..  ¿Autoagresión encubierta? Postergaciones peligrosas…

Descuidar, “mirar para otro lado”, “tirar para más delante”  sin medir los efectos. Es una constante neurótica que nos impregna. Negaciones que se pagan caro. Y cuyas consecuencias nos cuesta asumir.

Ante el COVID-19 prevenir, advertir, “abrir los ojos” sin miedo… y como País ”no dormir/se en los laureles” que otros supieron conseguir…

 

 

 

Comentarios

  1. Cierto Mario! Y qué no nos domine el miedo. Porque evidentemente es la única forma que usan para manejarnos en esta crisis sanitaria.

    ResponderBorrar
  2. Buen día Tito!, tenés en un lugarcito algo de docente!.Lo celebro!. Cantamos un himno , cuando se canta!, sin pensar que fueron otros los que lucharon por conseguir la libertad...Ahora, sumidos en la propia ignorancia creemos defender la libertad!. La obediencia es más fácil para no comprometerse. Un filósofo español Savater en un libro que se llama Etica para Amador, dice que hay muchos tipos de imbéciles, y se pregunta ,libres o felices?, Obedientes o rebeldes?.Ojalá unos cuantos se lo pudieran preguntar!.

    ResponderBorrar
  3. Estoy viviendo un destino que me imponen dede afuera,siento profunda tristeza -me defiendo-"si no lo veo, no existe".Caos/confusion..."La noche oscura del alma" (San Juan de la Cruz).La proxima muerta puedo ser yo.Pero,no etoy sola, puedo escuchar a los demas.Celebro vuestra compañia.♡Gracias♡Gracias♡Gracias

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

MADRE

REMEDIO para DEPRESIONES

CAMBIO y SALUD