MALTRATO III (reflexión comprometida)

 MALTRATO  III (reflexión comprometida)

Mario H Romano, Doctor en Psicología

“Para conocer bien a otro, hay que conocerse a sí mismo” Hamlet, W. Shakespeare

 

Además de recibir malestares sociales y vinculares, está el trato con nosotros mismos.

Un costo alto del maltrato personal es engañarse a sí mismo/a.

El autoengaño refleja una agresión encubierta. Es una defensa transitoria. Tal vez oportuna pero frágil en el tiempo: por miedo anestesiar lo que sentimos, resistir a aceptar lo que nos duele, justificar un desacierto, negar lo que se opone a un deseo.   

Forzar algo que no sentimos. “Me encuentro en la encrucijada de mi vida… me recibí de médico por influencia de mi madre y no la puedo culpar, lo hizo de buena leche… creí que con el tiempo me iba a gustar… pero no… no hay caso… no soy feliz … no me hace bien … ¿para qué me voy a engañar?”

Obstáculos defensivos ante vivencias dolorosas que nos cuestan aceptar. “Sabía… en el fondo sabía que no me amaba…yo lo negaba… reconozco que de entrada me hice la película…”

O insistir en una dirección que percibimos equivocada. “Dediqué tiempo, esfuerzo… necesitaba demostrarme a mí misma que podía… ciega, no veía que el indicado era mi hermano (celos mediante) por su formación… su experiencia por estar al lado de mi padre muchos años… le correspondía a él… era obvio… gerente en la empresa… sí, ahora reconozco que me equivoqué… me costó una úlcera ¿podés creer?”

Complacer sin placer, suponer sin evidencia. “Traté de ayudarla…que estuviera a gusto…pero… imaginé que no se sentía bien por su trabajo… nunca le hablé de frente por temor a perderla… me agoté. Cuando se alejó también fue un alivio.”

Falacia protectora para justificar el amor propio herido, desvanecido, frágil. “¡Conmigo se equivocó! ¿Qué se cree? ¡Siempre fui responsable! ¡Esto no se lo dejo pasar!” Resistencia defensiva para no aceptar un error. A la vez evita una oportunidad de aprendizaje.

Autoengaños tóxicos porque agudizan la miopía interna en que se fundan. El malestar subyace, metamorfosea, somatiza en algún lugar. O aporta ingredientes a una angustia que se filtra silenciosa. Denuncia un desencuentro, falso enlace, vivir con la respuesta equivocada.

Sincerar(nos) molesta, incomoda, a veces duele. Sin embargo es actitud de amor con nosotros mismos. “No tragar nuestro propio sapo”.

Comentarios

  1. Execelente artículo.Autoengaño,forzar lo que sentimos,buscar destinos equivocados .. consecuencias de
    no encontrarse con uno mismo...la seducción de lo o quienes nos rodean pueden hacernos confundir pero en algún momento de nuestras vidas o.con ayuda de un profesional salimos a la luz..como una persona que se ahoga y logra salir del.agua dejando.atras la muerte y encontrando aire nuevo para respirar.Gracias Mario.

    ResponderBorrar
  2. Difícil reconocimiento de uno mismo y se percibe más difícil o imposible en su deconstrucción.

    ResponderBorrar
  3. Excelente como siempre Mario, nos engañamos muchas veces para no ver la realidad, pero dura muy poco, el engaño.

    ResponderBorrar
  4. ♡Gracias,Mario.Trabajar sobre si,como antidoto del "autoengaño",para transformar ese patron y vincularme con la verdad-cimiento de la libertad-

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

MADRE

REMEDIO para DEPRESIONES

CAMBIO y SALUD