"¡QUÉ ONDA?"

 “¿QUÉ ONDA?”

 Mario H Romano, Doctor en Psicología

 

Reflejos de nuestro mundo interno…

 

 La energía es un impulso natural. Fuerza dinámica, fluida, constante. Intensa, media, baja.

En los humanos es fuente de transformaciones creativas. O destructivas. 

Karina reforma su vivienda luego de un divorcio conflictivo. Necesita renovar el espacio donde vive. Su deseo es iniciar un ciclo diferente. Julian en cambio,  resentido en su narcisismo “enfermizo” niega los errores que perjudicó a terceros.  

La energía se transmite.

Si es positiva comunica entusiasmo, aliento, fuerza, calma, serenidad, sosiego. “Buena onda” en la jerga habitual. Ayuda a vivir.

Ana acompaña el proceso final de personas con estado crítico en su salud. Marcos escucha con atención a su amigo que atraviesa un conflicto familiar. Se contacta con él para alentarlo.

“¡Ánimo, fuerza!” traduce la intención de apoyar un desaliento. O sostener el último oxígeno para llegar a la meta.

Si es negativa desanima, genera incertidumbre, intranquilidad, culpa, confusión. Descalifica, obstruye, paraliza. A veces agresiones encubiertas que lastiman, perjudican, dañan.

Alejandra agrede con ironías a su hermana. Siempre le tuvo celos. Creció con resentimientos que no pudo superar. Ignacio indiferente a los reclamos de los hijos desestima sus necesidades y se enoja. Refleja menosprecio, “mala onda”, desinterés, distancia.

Hay diferentes situaciones y momentos que todos, sin excepción, atravesamos. Aquí no nos referimos a circunstancias excepcionales como sentir enojo por perjuicio personal o ajeno, depresión ante una pérdida, o agobio por un esfuerzo no compensado. Sí a la actitud promedio que sostenemos con nosotros y los demás.

En algún momento asoma el contenido encapsulado. Postura corporal, gestos, semblante, mirada, tono de voz, modo de hablar, “elección” de palabras, etc, delatan contenidos anímicos de nuestro mundo interno difíciles de ocultar.

¿Somos conscientes de la tendencia de energía “positiva” o “negativa” con que alimentamos nuestra vida?

¿Qué transmitimos, y qué nos transmiten? ¿Cómo no recordar una máxima universal que trascendió los siglos? “Por sus frutos los conoceréis”, mensaje evangélico de San Mateo, 7:16-20. 

La realidad desnuda el contenido del envase.

“Ondas” buenas o nocivas, que reflejamos más allá de lo que suponemos. "Espejan” lo que somos.

 

 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

MADRE

REMEDIO para DEPRESIONES

CAMBIO y SALUD