OXIDANTES ANIMICOS

 OXIDANTES ANÍMICOS

Mario H Romano, Doctor en Psicología

 

Los oxidantes afectivos son como células hipersensibless nocivas que se van gestando en el metabolismo anímico, y contaminan la energía saludable en el mundo interno de cada persona. Se forman en edades muy tempranas, sobre todo en la infancia y adolescencia. Si no se curan, prevalecen en el tiempo. Inflaman, desgastan, y dañan.

Generan un común denominador: victimizan. Síntoma de sufrir por causa de Otro/s. Desplazan hacia fuera el motivo exclusivo de la tensión, intranquilidad o desasosiego que se vive. Malestar traducido en resentimiento por donde sangra la autoestima herida que no ha cicatrizado.

Los oxidantes emocionales producen un tejido endeble y doliente. Animadversión, enojo, malhumor. Puede engendrar un odio sostenido inclinado a lastimar o destruir lo que interpreta una amenaza a sus propios intereses. Alimenta envidia y resentimiento porque el Otro (no interesa quien) tiene, hace, logra lo que el/la padeciente desea. “Anabela siempre le tuvo celos a su amiga, incluso, después que  se fue a vivir al extranjero. Recuerdo que a veces no podía conciliar el sueño. Era enfermizo…”, expresa su hermana.

Rasgo posesivo hacia una persona, un bien material o simbólico, o actividad, y que nada ni nadie se interponga. Cualquier índice de sospecha de sentirse desplazado/a se vive como una amenaza. ¡Voy a desprestigiar lo que hizo, no puede hacerlo mejor que yo! ¡Me hace quedar mal frente a los demás! vocifera irritado el jefe médico sobre un colega más joven.

Otro oxidante es el miedo imaginario. Genera insatisfacción y pesimismo reincidente. Actitud donde prevalece la posible amenaza que no se concreta. Derrotismo o fatalismo anticipado. Desánimo que focaliza la parte vacía, solo lo que falta.  

Se pueden sugerir antioxidantes integrales básicos para acompañar una dieta reflexiva.

Uno es tomar conciencia de lo que estamos viviendo. Darnos cuenta, pensar, discernir. No sacarnos ligeramente la responsabilidad de encima negando nuestra participación. Guardar rencor es nocivo, oxida. Es más inteligente agotar instancias, establecer un límite y agotado el nivel de tolerancia, desprenderse. Soltar.

Diferenciar fantasía de realidad. Imaginar es para crear opciones que ayuden a vivir. En cambio “darse manija” es fecundar fantasmas, y autoengañarse.

Flexibilidad y apertura para responder a diferentes contingencias. Cambiar posiciones, ceder, conciliar. Neutraliza posiciones rígidas que cierran, limitan y condicionan. No confundir con servilismo y adulación.

Expresar, hablar, dialogar, comunicar. Alivia y permite inter-cambiar. Enriquece, ayuda a crecer. Los sistemas cerrados se ahogan en sí mismos.

Salud es competencia con uno/a mismo/a, no con los demás. De ahí deriva que todo análisis terapeútico individual,  es personal.

 

Comentarios

  1. Muy buen artículo, allí se marca muy acentuada cada tendencia, pero cuántos esbozos de esas actitudes se encuentran en el análisis de cada personalidad en busca de un equilibrio

    ResponderBorrar
  2. Si, aparecen con matices que en algún momento de nuestras vidas vivimos. "Cargas" emocionales que cuando perduran generan neurismas afectivos que obstruyen nuestro fluir natural...

    ResponderBorrar
  3. Me parece importante saber establecer un límite. Hasta donde permitir y cuando dejar de preocuparnos por las situaciones que nos hacen daño.

    ResponderBorrar
  4. Desconocía el término "oxidantes afectivos "...
    me quedo pensando...me miro hacia adentro....Gracias Tito

    ResponderBorrar
  5. Muy bueno Tito gracias por compartirlo desconocía el termino

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

MADRE

REMEDIO para DEPRESIONES

CAMBIO y SALUD