FANTASIAS CONSCIENTES

 FANTASIAS CONSCIENTES

Mario H Romano, Doctor en Psicología

“Las fantasías conscientes son los devaneos, o ensoñaciones o los llamados sueños diurnos o fantasías diurnas”

Marcos Aguinis

 

Fantasear es una función natural de nuestra naturaleza humana. ¿Siempre lo percibimos?

Las fantasías conscientes o sueños diurnos forman parte de la realidad psíquica, subjetiva y personal que vivenciamos en nuestro interior. Imágenes y pensamientos que generan una escena: “Me veo en un día cálido y soleado tendida en la arena, la brisa ligera que acaricia mi cuerpo, y despreocupada, libre de exigencias y obligaciones, lejos del trabajo…”

En oposición a la realidad tangible, material, social y objetiva que compartimos entre todos: “debido a una falla técnica en un transformador hay cortes de luz en la zona comprendida entre las calles…” “El avión sale a las 21:00hs”

Construimos los sueños diurnos en estado de vigilia. A veces imperceptibles como mecanismos psíquicos habituales y que forman parte de nuestra vida cotidiana. “¿Tenía interés en venir? Tal vez le surgió otro compromiso, o se le hizo tarde para entregar el pedido que tenía que hacer…¿habré hecho bien en invitarlo?”.  Escenas o guiones donde canalizamos deseos y expectativas. “Cuando termine la escultura alquilo un buen salón… no tiene que ser grande, más bien chico,  y preparo  una presentación en público. Me gustaría que sea sobre una base de madera maciza. Cuando corra el lienzo pediré  que enciendan los reflectores, no antes. Las luces van a enfocar la obra y entonces podré observar la reacción de los presentes, sobre todo de los desconocidos. A mis amigos y familiares los voy a ubicar bien cerca…eso me va a dar cierta tranquilidad”. Fantasear nos permite satisfacer ciertos deseos personales que encontramos difíciles de concretar en los hechos. Y no olvidemos que una de las actividades comunes en la adolescencia es “divagar”, mecanismo natural para explorar el nuevo escenario biopsicosocial que se transita.

Los sueños diurnos acompañan la capacidad creativa y facilita la gestación de un producto técnico, artístico o social, contribuye al mundo de la cultura, y es compartido con los demás. Si en cambio solo se cristaliza en ensoñaciones solitarias sin destino, terminan consumiendo la lucidez psíquica del sujeto que la vivencia.

Otras veces las fantasías conscientes contienen temores que inflaman circunstancias que atravesamos. “Me trasladan de sección… me contractura suponer otro lugar distinto, otras caras, otra jefa, otro modo de trabajar…me angustia… ¿sabré responder a lo que esperan de mi…? Me doy manija y no lo puedo evitar. Me cuesta dormir…”, señala Celeste en una consulta. Sin embargo, luego la confirman en el lugar de siempre.

Conclusiones prácticas:

1.    Entender que estas fantasías son naturales. Algunas son ligeras como imperceptibles. Otras más notables y duraderas. Forman parte de nuestra “realidad interna”.

2.    Ensoñaciones frecuentes liberadas a su azar sin entender su contenido y finalidad, representan cargas dispersas de energía que opacan nuestra claridad mental.

3.    Cuando son intensas y sugestionan, condicionan estados de ánimo según su contenido. En principio es útil diferenciarlas de la “realidad externa”.

4.    En cambio, aprovechadas como recurso creador permite parir situaciones nuevas, e influir y modificar la realidad en que vivimos.

5.    Son una fuente de información acerca de nosotros mismos. Revelan desde nuestra subjetividad  inquietudes, deseos o temores ante situaciones que vivimos.

 

Aguinis, Marcos, “Una Magistral Iluminación” en “El Poeta y los Sueños Diurnos”, Biblioteca Nueva, Madrid, España, 1999

Laplanche, J y Pontalis, J B, Lagache, D, “Sueño Diurno (Ensueño)” en  “Diccionario de Psicoanálisis”. Paidós, Bs As, 1996.

 

 

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