FELICIDAD

 FELICIDAD

(…para pensar, y volver a leer)

Mario H Romano, Doctor en Psicología

 

¿Qué es en definitiva la felicidad?

Inquietud que atravesó la historia humana y adquirió diferentes significados y matices, según cada época, sociedad, cultura.

Se ha idealizado su significado. No es un estado fijo y absoluto, pero existe.

Asociada a logros, virtudes, amor, placer, auto consciencia, búsqueda de inquietudes.

Podemos rescatar algunos conceptos que nos orienten en alguna síntesis o conclusión práctica.

En la antigua Grecia estaba ligada a un abanico de recursos deseables compartidos, como dicha, regocijo, actuar virtuoso, tener amigos, muchos hijos, salud, fuerza, etc, pero con moderación, juicio equilibrado y la elección del “justo medio”. En el frontispicio del Templo de Apolo, en Delfos, reza “nada en exceso”.

En la cultura occidental la génesis del pensamiento cristiano valora el amor al prójimo. Soy feliz cuando entrego una parte de mi vida hacia los demás.

Voluntariados y servicios en sus diferentes modalidades traducen idéntico sentido.

Para el psicoanálisis descubrirme luego de haber atravesado aquellos espejismos identificatorios prestados por la mirada de personas influyentes en mi vida. Rescatar mi deseo y pensamiento más allá de lo que los otros quieren que yo desee y piense. Encontrar mi camino.

La sociedad de consumo seduce en su espejismo la acumulación de bienes para ser feliz… sin embargo, el dinero y el poder no alcanzan para saciar los vacíos internos.

Hoy día el sentido de la felicidad, como señala el filósofo y ensayista Zygmunt Bauman, se ha transformado en el significado de su búsqueda. Es decir, en la satisfacción que se deriva por enfrentar los obstáculos que se presentan en el camino de los sueños y proyectos, y vencerlos. Incluso independiente de las recompensas parciales o incompletas que se pueden encontrar.

El proceso que se va gestando en el camino es la adrenalina vigente que motoriza el deseo. Los proyectos y emprendimientos en curso tienen ese sabor especial.

Refleja la nueva utopía de los tiempos actuales.

 

Conclusiones

·       La felicidad es una vivencia muy personal.

·       Sentirse feliz traduce momentos de bienestar donde “los planetas están alineados”, no hay disrupción, y un placebo armonioso de paz, de tranquilidad visceral domina la escena personal a pesar de los avatares ambientales que sacuden alrededor.

·       Ser feliz en cambio es una armonía mesurada con uno/a mismo/a, consciente de faltas pero satisfecho/a de logros y valores. Y a pesar de situaciones que a veces generan dificultades anímicas, incertidumbres, incluso angustia, esa autopercepción de sí mismo/a regresa, y permanece.

·       Contribuye el Autoconocimiento. Aquello que te falta no menoscabe lo que sos, y lo que tenés. A su vez, tus logros no te impidan reconocer tus propios límites. “Franja de vida” traduce el riesgo que significa instalarse en un extremo o en otro.  

·       Cada persona solo es igual a sí misma. Pero somos semejantes. Amar es desear el bien del otro, y actuar en consecuencia. Primero averigua cuál es su deseo.

·       Amarte es también desear tu propio bien. Y responder en esa dirección.

·       Conocerte es tu desafío. Saber tus puntos fuertes y vulnerables. La trampa es siempre justificarte, y victimizarte. Sé sincero/a. No tragues tu propio sapo.

·       Por último, está comprobado que hace bien sentirte en camino hacia una inquietud, emprendimiento o proyecto.

La felicidad es resultado de un proceso. No dejes de buscarla.

Zygmunt Bauman, El arte de la vida, Paidós, Bs As. 1er edición, 1913.

 

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