DES-ANIMOS

 

Mario H Romano, Doctor en Psicología

 

Hay diversos factores actuales que contribuyen a su formación. El aumento de depresiones y de comportamientos  impulsivos desnudan dos polos convergentes de este malestar.

Profunda crisis colectiva económica y cultural, replanteo del sistema de valores, de la autoridad y sus representantes, la inseguridad urbana, la exposición permanente de noticias negativas, desigualdad, pobreza, incertidumbre, etc.

 

De modo manifiesto o encubierto refleja una falta y una pérdida. De algo que no está, o que se espera y no llega, o de expectativas que se postergan. Es decir, el desánimo implica un deseo inconcluso.

 

¿Y a nivel personal, cómo se contrarresta la adversidad anímica?

Cuatro advertencias preventivas pueden ayudar.

 

Primero, delimitar el tema que más me preocupa. Hacer foco, puntualizar el “metro cuadrado” que me angustia, tensa o fagocita el ánimo.

Ejemplo de referencia: disonancia con un vínculo familiar(1)

 

Segundo, percibir qué siento respecto al tema en cuestión.  Es sencillo, directo y se puede practicar en cualquier momento, y en cualquier lugar. Cuanto más consciente sea, mejor.

Me siento mal con este alejamiento. La quiero mucho. Me parece que le afectó algo que dije. Sé que es una persona muy sensible y vaya a saber qué interpretó cuando comenté que las personas sin hijos se encuentran limitadas para comprender ciertas situaciones vitales. Ahora me doy cuenta que siempre quiso tener hijos y nunca quedó embarazada. Hizo tratamientos pero sin resultados favorables.

 

Tercero, reflexionar y extraer alguna conclusión.  A veces lleva tiempo, pero, ¿hay otro camino?  Veo “pro” y “contra” y me inclino por la mejor opción. Reafirmo lo que considero más saludable.

 

Cuarto, conciliar conmigo mismo y llevar a la práctica lo que he elaborado.

La llamé dos veces y no atendió. Puedo enviar un mensaje de texto pidiendo disculpas si considera que mi comentario fue desafortunado. O después puedo pasar por su casa. Y si aún no llega a responder es porque hay algo más que desconozco. Y ya no depende de mí. O tendré que asumir con paciencia que un día cambie de actitud y decida acercarse.

 

Los ejemplos están en cada uno de nosotros. Los vivimos a diario y son de diferente grado e intensidad.  El riesgo es permanecer pasivos, dilatar la causa de mi disonancia interna y no reaccionar. ¿Hablo o evito una discusión?, ¿me jubilo o sigo trabajando?, ¿limito gastos y ahorro lo que puedo, o gasto y después veo?, ¿sigo la relación, o la dejo?, etc.

Siempre tranquiliza un acuerdo elaborado con y por uno mismo. Y alimenta una legítima auto estima. Nos fortalece.

 

En cambio las contradicciones no resueltas tensan, desaniman (restan ánimo) y alimentan procesos de autoengaño.

PD.- Dos obstáculos siempre vigentes son las idealizaciones y lo miedos internos.

Idealizaciones. Marean porque están saturadas de contenidos imaginarios indefinidos. No confundir con ideales que son legítimas aspiraciones de cambio.

Y los miedos internos alimentados por elucubraciones imaginarias de carácter obstructivo. Frenan, parasitan.

 

(1)Referencia de una viñeta clínica.

 

 

Comentarios

  1. ♡☆♡Gracias, Dr.Mario por la continuidad de este ☆Espacio.Voy a trabajar las "Advertencias Preventivas" -que desconocia-:◇Delimitar el Tema,◇¿Que Siento?,◇Reflexionar,◇Conciliar

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